viernes, 26 de marzo de 2010

BE STUPID de DIESEL 2010

“Los inteligentes tienen el cerebro, los estúpidos las bolas”, “Los inteligentes critican, los estúpidos crean”, “Los estúpidos pueden fallar, los inteligentes ni siquiera lo intentan”. Diesel está con los estúpidos como deja bien claro en su última campaña Be Stupid para esta primavera-verano 2010.

sábado, 20 de marzo de 2010

¿Un Relato Para Entender Generaciones Pasadas o Un Manual Para Los Avaros?








Eduardo Galeano
Periodista y escritor Uruguayo

Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco..
No hace tanto, con mi mujer, lavábamos los pañales de los críos, los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita, los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar.
Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda, incluyendo los pañales.
¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables! Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó tirar. ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables! Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el pañuelo de tela del bolsillo.
¡¡¡Nooo!!! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra. Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.
¡Guardo los vasos desechables!
¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez!
¡Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en el cajón de los cubiertos!
¡Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida!
¡Es más!
¡Se compraban para la vida de los que venían después!
La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, vajillas y hasta palanganas de loza.
Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de refrigerador tres veces.
¡¡Nos están fastidiando! ! ¡¡Yo los descubrí!! ¡¡Lo hacen adrede!! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica.
¿Dónde están los zapateros arreglando las media-suelas de los tenis Nike?
¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando colchones casa por casa?
¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista?
¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros?
Todo se tira, todo se desecha y, mientras tanto, producimos más y más y más basura.
El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad.
No existía el plástico ni el nylon. La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en la Fiesta de San Juan.
Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban. De 'por ahí' vengo yo. Y no es que haya sido mejor.. Es que no es fácil para un pobre tipo al que lo educaron con el 'guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo', pasarse al 'compre y tire que ya se viene el modelo nuevo'.
Mi cabeza no resiste tanto.
Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que, además, cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real.
Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo) Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo.
Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos la primera caquita. ¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?
¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con la que se consiguieron?
En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto. Y guardábamos.. . ¡¡Cómo guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!! ¡¡Guardábamos las tapas de los refrescos!! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia-calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro.. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela. ¡Tooodo guardábamos!
¡¡¡Las cosas que usábamos!!!: mantillas de faroles, ruleros, ondulines y agujas de primus. Y las cosas que nunca usaríamos. Botones que perdían a sus camisas y carreteles que se quedaban sin hilo se iban amontonando en el tercer y en el cuarto cajón. Partes de lapiceras que algún día podíamos volver a precisar. Tubitos de plástico sin la tinta, tubitos de tinta sin el plástico, capuchones sin la lapicera, lapiceras sin el capuchón. Encendedores sin gas o encendedores que perdían el resorte. Resortes que perdían a su encendedor.
Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables. Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas o del corned-beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave.. ¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.Las cosas no eran desechables. Eran guardables. ¡¡¡Los diarios!!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver. ¡¡¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne!!!
Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque para hacer cuadros y los goteros de las medicinas por si algún medicamento no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos. Y las cajas de cigarros Richmond se volvían cinturones y posa-mates y los frasquitos de las inyecciones con tapitas de goma se amontonaban vaya a saber con qué intención, y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía 'éste es un 4 de bastos'.
Los cajones guardaban pedazos izquierdos de pinzas de ropa y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en una pinza completa.
Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada: ¡¡¡ni a Walt Disney!!!
Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos que sí, pero, ¡¡¡minga que la íbamos a tirar!!! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas. Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de botellones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella.
Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. ¡¡¡Ah!!! ¡¡¡No lo voy a hacer!!! Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad son descartables.
Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo y glamour.
Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares. De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la 'bruja' como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva. Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la 'bruja' me gane de mano y sea yo el entregado.

Eduardo Galeano

viernes, 19 de marzo de 2010

Nada de Tirar Cosas en Concierto de Guns & Roses

En un concierto reciente en Sao Paulo, Brasil, Axl Rose fue blanco de una botella llena de agua lanzada por un fanático durante la primera canción del set. Observa lo que ocurrió después.








+ de 14 millones de reproducciones para "Telephone"

La pasada semana Lady Gaga presentaba “Telephone”, videoclip que en apenas tres días se ha reproducido 14 millones de veces y que ya se ha convertido en todo un fenómeno de Internet.

lunes, 15 de marzo de 2010

sábado, 6 de marzo de 2010

TERREMOTO EN NICOYA


Los terremotos ocurridos en Chile y Haití hacen creer que por regla de tres ahora nos toca a nosotros. Considerando las limitaciones de la ciencia respecto a eventos inciertos y la cantidad de desinformación que cunde desde los discursos de autoridad ese temor es totalmente justificable.
El terremoto insignia de esta esquinita tercermundista es uno que no ha ocurrido: el terremoto de Nicoya. Las proticías afirman que "tendría una magnitud de 7,9 grados en la escala de Richter“, durará "50 ó 60 segundos" y no hay quite porque "ni prendiéndole velitas al Espíritu Santo se podrá detener esto. El terremoto es inevitable".
Aunque pifien las fechas el terremoto no pierde vigencia. Primero lo anunciaron para el año 1993, luego lo pasaron para el 95 y la última fecha fue la más macabra: el 2000, apenas para destrozar más los poquitos nervios que quedaban en el cambio de milenio.
Entre más tarda el terremoto en llegar más duro se espera. Al paso que vamos si ocurre en el 2040, por toda la energía acumulada, vendrá acompañado de hongo atómico, radiación, vientos huracanados, lepra, ébola y gripe porcina.
Voces serias. Ante tanto oscurantismo, margen de error y alarmismo los científicos han aclarado que hay una gran diferencia entre una predicción y un pronóstico. La primera establece magnitud, lugar, fecha y hora mientras que lo segundo establece probabilidad.
Partiendo de lo anterior es probable que si usted vive al lado del río en Limón su menaje de casa termine mojado. Si usted tiene pegada su casa con chinches en la pared de un barranco es probable que algún día termine en el fondo. Si usted vive en las faldas de un volcán activo es probable que algún día quede chamuzcado... y si vive en Costa Rica es probable que sea víctima o testigo de un terremoto.
En Nicoya habrá un terremoto, como lo habrá en Cartago, en el Sur y en las montañas de Heredia y Alajuela ¿Cuándo? Algún día. No se trata de echarle la sal a una comunidad, esto tiene que ver con la naturaleza de un país que siempre se ha movido. Lo que nos corresponde es tener siempre listo un kit de emergencia con unas latas, botellas de agua, barritas energéticas y primeros auxilios. Hay que estar tranquilos porque lo que no está bajo nuestro control está en manos de Dios... lo demás tendremos que tuitearlo!!

martes, 2 de marzo de 2010

Ingenioso Gadget: Yoke Shopper y ya basta de bolsas de compras en las manos


Muchas personas, por falta de fuerza o algún tipo de enfermedad en las articulaciones, no pueden llevar demasiado peso en sus manos. Es así que deben recurrir a cualquier otro método para cargar con las bolsas de las compras.
De esa manera, el Yoke Shopper es un accesorio que podría convertirse en una solución para llevar las bolsas de una manera diferente.
Se trata de un gancho o clip en el que se colocarán las bolsas y que cuenta con una correa retráctil que luego se colocará por encima del hombro y atravesando el cuerpo, como si se tratase de una bandolera.
Así, las mano quedarán libres para caminar con mayor libertad, atender el teléfono, llevar de la mano a los niños y abrir las puertas, entre otras cosas.
Preparado para cargar hasta casi 10 kilos de peso, el producto puede llevar más de una bolsa, ya sea plástica o de tela (si es que eres una persona ecológica). ¿Su precio? 14,74 euros al cambio...Más información en: www.yokeshopper.com